Nuevas especies y llamativos ecosistemas evidencia nueva expedición a los montes submarinos
La Universidad Católica del Norte completó con éxito el segundo crucero científico del año a bordo de embarcación del Schmidt Ocean Institute por las cordilleras sumergidas frente a las costas de Chile.
Un monte submarino dentro del parque Motu Motiro Hiva en los alrededores de la isla Salas y Gómez, corales que necesitan luz hasta casi 200 metros de profundidad (probablemente un récord mundial gracias a la claridad del agua específicamente en esa zona) y el posible descubrimiento de más de 50 nuevas especies. Estos son algunos de los resultados del crucero científico “Montes submarinos inexplorados de la cordillera Salas y Gómez” que acaba de completar un grupo de investigadores nacionales e internacionales en el R/V Falkor (too), embarcación perteneciente al Schmidt Ocean Institute.
Se trata del mismo barco que a principios de año realizó una expedición similar frente a las costas de Chile denominada “Montes submarinos del Pacífico Sureste” y que, tras recorrer las dorsales de Nazca y Salas y Gómez, anunció el eventual descubrimiento de más de 100 nuevas especies.
El segundo crucero del año del imponente buque científico, que esta vez investigó la dorsal de Salas y Gómez entre la costa chilena y Rapa Nui, también arrojó muy buenas noticias, según destaca el Dr. Javier Sellanes, académico de la Universidad Católica del Norte (UCN) e investigador principal asociado a una de las universidades líderes de la expedición.
El también integrante del Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI) recalca lo positivo de esta expedición, no sólo por lo que implica el posible descubrimiento de especies hasta ahora desconocidas para la ciencia en una zona que se caracteriza porque más de la mitad de ellas son endémicas (no se encuentran en ninguna otra parte del mundo), sino también por aspectos como la constatación de ecosistemas no afectados por la intervención humana. “Pudimos observar jardines de corales y esponjas en aguas bastante profundas y áreas con abundancia de tiburones y otros peces de gran tamaño, lo que muestra que aún se encuentran en un estado prístino”. Esto último, explica, es relevante, toda vez que ante la intervención del hombre, lo primero que desaparece de estos ecosistemas son los depredadores de mayor tamaño.
Los datos e imágenes que deja esta expedición (disponibles para todo el mundo en la web del Schmidt Ocean Institute) son notables y con un cierto aire “mágico” al evidenciar la existencia de lugares de una belleza impresionante y con una biodiversidad de enorme riqueza. No por casualidad el buque científico Falkor (too) fue bautizado con el nombre del entrañable dragón blanco de la suerte de la película de Wolfgang Petersen “The NeverEnding Story” (“La historia sin fin”), adaptación de la novela de Michael Ende.
Así como Falkor transportó por el aire a Bastián, el niño de 11 años protagonista de la historia, el buque lleva la “joya de la corona” para los científicos: el robot “SuBastian”, un vehículo operado remotamente y que pesa más de tres toneladas. Este ROV (Remotely Operated Vehicle) es capaz de sumergirse hasta 4500 metros para observar y tomar muestras biológicas gracias a un conjunto de sensores y equipos para la investigación, la experimentación y el desarrollo de tecnologías.
EN ANTOFAGASTA
Este crucero científico culminó el pasado miércoles 3 de abril con su arribo al puerto de Antofagasta. “Han sido más de 70 días a bordo utilizando el ‘SuBastian’ en una investigación que nos ha permitido explorar y descubrir una zona que alberga una de las biodiversidades más importantes del planeta y que es muy poco conocida, y por eso destaca este número de potenciales especies nuevas para la ciencia”, explicó el Dr. Javier Sellanes a un grupo de autoridades regionales y de la UCN, además de ejecutivos de empresas, quienes fueron invitados a conocer la embarcación. Lo realizado -recalcó- es la primera parte de un trabajo que se extenderá por años, ya que ahora se debe analizar una cantidad gigantesca de información, incluido el material biológico recolectado, lo que implicará involucrar a investigadores y estudiantes del país y de todo el mundo.
En la oportunidad, el rector de la Universidad Católica del Norte, Dr. Rodrigo Alda Varas, destacó que esta expedición se inscribe en un trabajo de larga data del equipo de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN y del ESMOI, que han participado en diferentes cruceros de investigación. “Y en estos dos últimos hemos tenido un rol más protagónico, porque incluso en uno de ellos el científico a cargo de todo el trabajo fue de nuestra Universidad”, enfatizó.
La autoridad universitaria también hizo hincapié en la participación de estudiantes de pregrado y postgrado, porque esta experiencia les abre el mundo para tener una mirada distinta, que les puede ayudar a desarrollar una carrera como científicos.
“Creo que esto nos ayuda mucho a la divulgación, a acercar la ciencia a los jóvenes, a los niños, de manera tal que ellos vean que es posible abordar la ciencia desde una perspectiva que contribuye y genera valor para la comunidad, para los territorios y a nivel mundial también”, indicó Alda, aludiendo con esto último a la participación en el crucero de cuatro integrantes de la comunidad de Rapa Nui, entre científicos y artistas locales.
INSTITUTO
El Schmidt Ocean Institute es un instituto filantrópico que pone a disposición de la comunidad científica internacional el R/V Falkor (too), con todo su equipamiento.
El barco -otrora usado en la industria petrolera y reacondicionado para la labor científica- tiene un itinerario definido para varios años más. Esto, porque el instituto recibe postulaciones en que los científicos presentan proyectos que, de ser aprobados, implica que se les otorga un “tiempo de barco”, en una modalidad similar a lo que ocurre con los observatorios astronómicos.
El instituto pone el barco, el equipo y la estadía a bordo, por lo que cada institución participante se tiene que financiar la logística, lo que tenga que ver con transporte y el posterior análisis de muestras.
En estos cruceros científicos se aplica una política de transparencia total, por lo que las inmersiones del ROV “SuBastian” se transmiten en tiempo real. “Todo el mundo lo puede estar mirando, toda la información que se recolecta se le entrega tanto al investigador principal como al observador nacional y, en este caso, a los observadores de la comunidad que estén participando. De hecho, se entregó un set de información a la comunidad de Juan Fernández de todo lo que se obtuvo en el primer crucero 2024 y ahora también a la comunidad de Rapa Nui”, destacó Javier Sellanes.